Index   Back Top Print

[ DE  - EN  - ES  - FR  - IT  - PT ]

CLAUSURA DEL CONGRESO MUNDIAL EDUCATIVO
DE "SCHOLAS OCCURRENTES"

Aula del Sínodo
Jueves 5 de febrero de 2015

[Multimedia]


 

Mensaje del Papa Francisco para los niños

Todos ustedes tienen un cofre, una caja, y adentro hay un tesoro. Y el trabajo de ustedes es abrir la caja, sacar el tesoro, hacerlo crecer y darlo a los demás, y recibir de los demás el tesoro de los demás. Cada uno de nosotros tiene un tesoro adentro. Si lo guardamos encerrado, queda ahí encerrado; si lo compartimos con los demás, el tesoro se multiplica con los tesoros que vienen de los demás.

Lo que les quiero decir es que no escondan el tesoro que cada uno tiene. A veces se encuentra enseguida; a veces hay que hacer como el juego de la búsqueda del tesoro: no se encuentra enseguida, pero, una vez que lo encontraste, compartilo, porque al compartirlo recibís del otro y se multiplica. Eso es lo que les quiero decir a ustedes, chicos. ¡Adelante! Lo que ustedes hacen desde el sitio en que están nos ayuda también a todos nosotros a comprender que la vida es un lindo tesoro, pero solamente tiene sentido si la damos. ¡Muchas gracias!

 


 

Mensaje del Papa Francisco en la clausura Congreso

 

En primer lugar, les agradezco el esfuerzo que han hecho ustedes para participar de este IV Congreso. Les agradezco los aportes, que nacen de la experiencia.

Una cosa que me preocupa a mí mucho es lograr armonías, que no es simplemente lograr compromisos, lograr arreglos, lograr entendimientos parciales. Armonía es, de alguna manera, crear entendimiento de diferencias, aceptar las diferencias, valorar las diferencias y dejar que se armonicen, que no se fragmenten.

El mensaje que escuchamos de parte de la Lumsa recordaba una frase mía: No vamos a cambiar el mundo si no cambiamos la educación. Y hay algo que está totalmente desarmonizado. Yo pensaba que era solamente en América Latina, o en algunos países de América Latina, que era lo que más conocía. En el mundo. Es el pacto educativo, pacto educativo que se da entre la familia, la escuela, la patria, la cultura. Está roto y muy roto, y no se puede pegar. El pacto educativo roto significa que sea la sociedad, sea la familia, sean las instituciones diversas delegan la educación en los agentes educativos, en los docentes, que –generalmente mal pagados– tienen que llevar sobre sus espaldas esta responsabilidad y, si no logran un éxito, se les recrimina, pero nadie recrimina a las diversas instituciones que han claudicado del pacto educativo, lo han delegado a la profesionalidad de un docente. Quiero rendir homenaje a los docentes, porque se han encontrado con esta papa caliente en la mano y se han animado a seguir adelante.

Scholas quiere, de alguna manera, reintegrar el esfuerzo de todos por la educación, quiere rehacer armónicamente el pacto educativo, porque solamente así, si todos los responsables de la educación de nuestros chicos y jóvenes nos armonizamos, podrá cambiar la educación. Y, para eso, Scholas busca la cultura, el deporte, la ciencia; para eso, Scholas busca los puentes, sale del “chiquitaje” y va a buscarlos más allá. Y hoy día está manejando, en todos los continentes, esta interacción, este entendimiento.

Pero además lo que busca Scholas es armonizar la misma educación de la persona del chico, del muchacho, del educando. No es solamente buscar información, el lenguaje de la cabeza. No basta. Scholas quiere armonizar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos, que una persona, que un chico, que un muchacho piense lo que siente y lo que hace, sienta lo que piensa y lo que hace, haga lo que siente y lo que piensa.

Esa armonía en la misma persona, en el educando, y esa armonía universal, de tal manera que el pacto educativo lo asumimos todos y, de esa manera, salimos de esta crisis de la civilización que nos toca vivir, y damos el paso que la misma civilización nos exige.

Cada uno de los pueblos que integran Scholas tiene que buscar en su tradición –su tradición histórica, su tradición popular– las cosas fundacionales, cuáles son las cosas que culturalmente son fundacionales a la patria. Y, desde eso que le dio sentido a esa patria, a esa nación, sacar la universalidad que armoniza. La cultura italiana, por ejemplo, no puede renegar de Dante como fundacional; la cultura Argentina, que es la que conozco, no puede renegar del Martín Fierro, nuestro poema fundacional. Me vienen las ganas de preguntar –pero no lo voy a hacer– cuántos argentinos aquí presentes han estudiado, leído, meditado a Martín Fierro. Volver a las cosas culturales que nos dieron sentido, que nos dieron la primera unidad de la cultura nacional de los pueblos, recuperar lo que es más nuestro cada uno de los pueblos para compartirlo con los demás y armonizar lo más grande: eso es educar para la cultura.

Además, hay que ir a buscar lo fundacional de la persona, la sanidad fundacional, la capacidad lúdica, la capacidad creativa del juego. El libro de la Sabiduría dice que Dios jugaba, la sabiduría de Dios jugaba. Redescubrir el juego como camino educativo, como expresión educativa. Entonces, ya la educación no es meramente información; es creatividad en el juego, esa dimensión lúdica que nos hace crecer en la creatividad y en el trabajo en conjunto.

Finalmente, buscar en cada uno de nosotros y en nuestros pueblos la belleza, la belleza que nos funda con nuestro arte, con nuestra música, con nuestra pintura, con nuestra escultura, con nuestras literaturas. Lo bello. Educar en la belleza porque armonía dice a belleza y no podemos lograr la armonía del sistema educativo si no tenemos esa percepción de la belleza.

Yo les agradezco todo lo que ustedes hacen y cómo colaboran en este desafío que es creativo: creativo del pacto educativo –recrearlo porque así recreamos la educación–; creativo de la armonía de la persona entre los tres lenguajes, el de las manos, el del corazón y el de la mente; creativo en la dimensión lúdica de una persona, ese sano perder el tiempo en el trabajo conjunto del juego; creativo en la belleza, que ya encontramos en los fundamentos de las identidades nacionales, que estamos todos juntos. Éste es el desafío. ¿Quién inventó esto? No se sabe, pero se dio. ¿Hay problemas? Muchos, muchos todavía que solucionar en la organización de esto. ¿Que somos tentados? Sí. Toda obra que empieza es tentada; es tentada de frenarse, de corromperse, de desviarse. Por eso es necesario el trabajo conjunto y la vigilancia de todos, para que esta chispa que nació siga extendiéndose en un fuego que ayude a reconstruir, a armonizar el pacto educativo. Los que ganan en todo esto son los chicos. Así que les agradezco por lo que hacen por el futuro, porque decir chicos es decir futuro. Muchas gracias.

 



Copyright © Dicastero per la Comunicazione - Libreria Editrice Vaticana