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ENCUENTRO INTERNACIONAL DE LA RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA (APOSTOLADO DE LA ORACIÓN)
CON OCASIÓN DEL 175 ANIVERSARIO

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Aula Pablo VI
Viernes, 28 de junio de 2019

[Multimedia]


 

Queridos hermanos y hermanas:

Gracias por la visita. Aprovecho esta oportunidad para renovaros mi gratitud por vuestro compromiso de oración y apostolado en favor de la misión de la Iglesia. Os agradezco también los testimonios, que ya había leído, si no, el chino no lo habría entendido. Y por eso contestaré, más o menos, o continuaré la reflexión de todos vosotros. El vuestro es un servicio muy necesario que subraya la primacía de Dios en las vidas de las personas, favoreciendo la comunión en la Iglesia.

1. El padre Matthew, que trabaja en Taiwán, nos ha brindado informaciones interesantes sobre la versión de Click to pray en chino. Es hermoso saber que los chinos, más allá de las dificultades de diferente tipo, pueden sentirse realmente unidos en la oración, encontrando en ella un apoyo válido para el conocimiento y el testimonio del Evangelio. La oración siempre despierta sentimientos de fraternidad, rompe barreras, supera fronteras, crea puentes invisibles pero reales y efectivos, abre horizontes de esperanza.

2. Marie Dominique nos ha contado la misión del Apostolado de la Oración en Francia, donde esta realidad surgió hace 175 años. Con su testimonio, hemos entendido que las intenciones de oración hacen concreta la misión de Jesús en el mundo. La Iglesia, a través de su red de oración y las intenciones que ella confía cada mes, habla a los corazones de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Todos nosotros, pastores, consagrados y fieles laicos, estamos llamados a calarnos en la historia concreta de las personas que están a nuestro lado, sobre todo rezando por ellos, asumiendo en la oración sus alegrías y sufrimientos. Así responderemos a la llamada de Jesús que nos pide que abramos nuestros corazones a nuestros hermanos, especialmente a los probados en el cuerpo y en el espíritu. Es importante hablar de los hermanos, pero hay dos maneras de hablar de los hermanos: o bendecir a los hermanos que es hablar bien de los hermanos o chismorrear, hablar mal de ellos. Chismorrear, en este sentido, es malo, no es algo de Jesús. Jesús nunca chismorreaba. En cambio, hablar, sí. Y la oración es hablar a Jesús sobre los hermanos, diciendo: “Señor, por este problema, por esta dificultad, por esta situación...”. Y este es un camino de unión, de comunidad. En cambio, hablar mal de los demás es un camino de destrucción.

3. Es bueno, en este día de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, recordar el fundamento de nuestra misión, como ha hecho Bettina (Argentina). Se trata de una misión de compasión por el mundo, podríamos decir un “camino del corazón”, es decir, un itinerario de oración que transforma las vidas de las personas. El Corazón de Cristo es tan grande que desea acogernos a todos en la revolución de la ternura. La cercanía al Corazón del Señor anima a nuestros corazones a acercarse con amor al hermano y ayuda a entrar en esta compasión por el mundo. Estamos llamados a ser testigos y mensajeros de la misericordia de Dios, a ofrecer al mundo una perspectiva de la luz donde hay tinieblas, de esperanza donde reina la desesperación, de salvación donde abunda el pecado. Entrar en oración es entrar con mi corazón en el corazón de Jesús, abrir un camino dentro del corazón de Jesús, lo que Jesús siente, los sentimientos de compasión de Jesús y también hacer un viaje dentro de mi corazón para cambiarlo en esta relación con el corazón de Jesús.

4. El testimonio de Sor Selam (Etiopía) con los jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil ayuda a contemplar la acción del Espíritu Santo en esa tierra. Es importante ayudar a las nuevas generaciones a crecer en amistad con Jesús a través de un encuentro íntimo con él en la oración, en la escucha de su Palabra, acercándonos a la Eucaristía para ser don de amor al prójimo. La oración personal o comunitaria nos anima a dedicarnos a la evangelización y nos empuja a buscar el bien de los demás. Debemos ofrecer a los jóvenes oportunidades de interioridad, momentos de espiritualidad, escuelas de la Palabra, para que puedan ser misioneros entusiastas en los diferentes entornos. Así descubrirán que rezar no los separa de la vida real, sino que les ayuda a interpretar los eventos existenciales a la luz de Dios. Enseñar a los niños a rezar. Me duele mucho cuando veo a tantos niños que no saben ni siquiera persignarse. Digo: “Haz la señal de la cruz” y hacen así [un gesto confuso]... No saben. Enseñad a los niños a rezar. Porque ellos llegan enseguida al corazón de Jesús, enseguida. Jesús los quiere. Y a los jóvenes, enseñad que la oración es un gran camino para ir adelante en la vida. Gracias, hermana, por lo que hace. Gracias.

5. Me ha gustado escuchar el entusiasmo de Diego (Guatemala) por favorecer el encuentro entre abuelos y nietos en oración por la paz en el mundo y por los grandes desafíos de la humanidad de hoy. Varias generaciones se encuentran en la Red de oración del Papa; es bueno pensar que los abuelos pueden dar ejemplo a los jóvenes, diciéndoles que caminen por la senda de la oración. La sabiduría de los ancianos, su experiencia y su capacidad de “razonar” con el corazón. Alguno podría decir: “Pero, padre, se razona con la cabeza”. No, no es verdad: se razona con la cabeza y con el corazón, es una capacidad que tenemos que desarrollar. Capacidad de razonar con el corazón. Y estas experiencias de los ancianos constituyen una enseñanza preciosa para aprender una metodología fecunda en la oración de intercesión. Y la de intercesión es una gran oración: “Señor te pido por este, por ese, por aquel...”. E interceder es lo que hace Jesús en el cielo, porque la Biblia nos dice que Jesús está ante el Padre e intercede por nosotros, es nuestro intercesor, y nosotros tenemos que imitar a Jesús, ser intercesores. A lo largo de la historia, los más grandes hombres y mujeres de Dios han sido intercesores como Jesús. Interceder.

6. Finalmente, gracias al testimonio del Padre Antonio (Portugal). Nos ha contado cómo el Apostolado de la oración, entrando en el mundo digital, acerca a ancianos y jóvenes, ayudándoles a dar nueva vitalidad al apostolado tradicional de la oración. Es necesario que la misión de la Iglesia se adapte a los tiempos y utilice las herramientas modernas que la técnica pone a disposición. Se trata de entrar en el areópago moderno para anunciar la misericordia y la bondad de Dios. Sin embargo, hay que prestar atención cuando se utilizan estos medios, especialmente Internet, para no convertirse en siervos suyos. Debemos evitar convertirnos en rehenes de una red que nos atrapa, en lugar de “pescar peces”, es decir, de atraer almas para llevarlas al Señor.

Renuevo mi sincero agradecimiento a cada uno de vosotros por su preciosa actividad, que brota de un corazón verdaderamente atento a los demás. El Apostolado de la Oración, la Red mundial de oración del Papa y en comunión con él, recuerda que el corazón de la misión de la Iglesia es la oración. Prestad atención: el corazón de la misión de la Iglesia es la oración. Podemos hacer muchas cosas, pero sin oración no funciona. El corazón es la oración. Os animo a continuar con alegría en la conciencia de la importancia y de la necesidad de vuestro trabajo. Ayudáis a las personas a tener una mirada espiritual, una mirada de fe sobre la realidad que las rodea, para reconocer lo que Dios mismo obra en ellas. ¡Es una gran mirada de esperanza! Gracias.

También me gustaría dar las gracias a la Compañía de Jesús. Se piensa que los jesuitas son los intelectuales, los que piensan... Pero fueron los jesuitas quienes crearon esta red de oración. Los jesuitas son hombres que rezan, y esto es grande. Y luego, de una manera especial, me gustaría agradecer la dedicación y creatividad del Padre Fornos: ¡gracias, hermano!

Ahora tendremos un momento de oración todos juntos, para indicar su importancia y para interceder todos juntos dirigidos a Jesús. En primer lugar, lo haremos en silencio, todos, cada uno reza con su corazón.

[oración silenciosa]

[oración de la Red mundial de oración]

Y ahora recemos por las intenciones que he propuesto a toda la Iglesia para el mes de julio:

Oremos por los sacerdotes, para que con la sobriedad y humildad de sus vidas se comprometan en una solidaridad activa, especialmente hacia los pobres. Todos juntos decimos: "Oremos". Y en silencio rezamos ...

Oremos para que todos los que administran la justicia trabajen con integridad, y para que la injusticia, que corre por el mundo, no tenga la última palabra. Oremos.

[Padrenuestro y bendición]


Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 28 de junio de 2019.

 



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