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VIAJE APOSTÓLICO A BENÍN
18-20 DE NOVIEMBRE DE 2011

VISITA A LA BASÍLICA
DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA DE OUIDAH
Y FIRMA DE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL

DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Ouidah
Sábado 19 de noviembre de 2011

 

Your Eminences,
Dear Brother Bishops and Priests,
Dear Brothers and Sisters,

I cordially thank the Secretary General of the Synod of Bishops, Archbishop Nikola Eterović, for his words of welcome and presentation, as well as all the members of the Special Council for Africa who helped to collate the results of the Synodal Assembly in preparation for the publication of the Post-Synodal Apostolic Exhortation.

Today, the celebration of the Synod concludes with the signing of the Exhortation Africae Munus.  The Synod gave an impetus to the Catholic Church in Africa, which prayed, reflected on and discussed the theme of reconciliation, justice and peace.  This process was marked by a special closeness uniting the Successor of Peter and the Particular Churches in Africa.  Bishops, but also experts, auditors, special guests and fraternal delegates, all came to Rome to celebrate this important ecclesial event.  I myself went to Yaoundé to present the Instrumentum Laboris of the Synod to the Presidents of the Bishops’ Conferences, as a sign of my interest and concern for all the peoples of the African continent and the neighbouring islands.  I now have the joy of returning to Africa, and particularly to Benin, to consign this final document, which takes up the reflections of the Synod Fathers and presents them synthetically as part of a broad pastoral vision.

[Señores Cardenales,
Queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,
Queridos hermanos y hermanas,

Agradezco vivamente al Secretario General del Sínodo de los Obispos, Monseñor Nikola Eterović por sus palabras de bienvenida y presentación, así como a todos los miembros del Consejo Especial para África, que han contribuido a reunir los resultados de la Asamblea sinodal con vistas a la publicación de la Exhortación apostólica postsinodal.

Hoy, con la firma de la Exhortación Africae munus, se concluye la celebración del acontecimiento Sinodal. Este ha movilizado a la Iglesia católica en África, que ha rezado, reflexionado y debatido sobre el tema de la reconciliación, la justicia y la paz. En este proceso, ha habido una singular cercanía entre el Sucesor de Pedro y las Iglesias particulares en África. Obispos, y también expertos, auditores, invitados especiales y delegados fraternos, llegaron a Roma para celebrar este importante acontecimiento eclesial. Había ido a Yaoundé para entregar el Instrumentum laboris de la Asamblea sinodal a los Presidentes de las Conferencias Episcopales, y manifestar mi solicitud por todos los pueblos del continente africano y sus islas. Ahora tengo la alegría de regresar a África, y particularmente a Benin, para entregar el documento final de los trabajos, en el que se recoge la reflexión de los Padres sinodales, para presentar una visión sintética con diversos aspectos pastorales.]

La Deuxième Assemblée spéciale pour l’Afrique du Synode des Évêques a bénéficié de l’Exhortation apostolique post-synodale Ecclesia in Africa du Bienheureux Jean-Paul II, dans laquelle a été soulignée fortement l’urgence de l’évangélisation du continent, qui ne peut être dissociée de la promotion humaine. Par ailleurs, le concept d’Église-famille de Dieu y a été développé. Ce dernier a produit beaucoup de fruits spirituels pour l’Église catholique et pour  l’action d’évangélisation et de promotion humaine qu’elle a mise en œuvre, pour la société africaine dans son ensemble. En effet, l’Église est appelée à se découvrir toujours plus comme une famille. Pour les chrétiens, il s’agit de la communauté des croyants qui loue Dieu Un et Trine, célèbre les grands mystères de notre foi et anime avec charité les rapports entre les personnes, les groupes et les nations, au-delà des diversités ethniques, culturelles et religieuses. Dans ce service rendu à chaque personne, l’Église est ouverte à la collaboration avec toutes les composantes de la société, en particulier avec les représentants des Églises et des Communautés ecclésiales qui ne sont pas encore en pleine communion avec l’Église catholique, tout comme avec les représentants des religions non chrétiennes, surtout ceux des Religions Traditionnelles et de l’Islam.

Prenant en compte cet horizon ecclésial, la Deuxième Assemblée spéciale pour l’Afrique s’est concentrée sur le thème de la réconciliation, de la justice et de la paix. Il s’agit de points importants pour le monde en général, mais ils acquièrent une actualité toute particulière en Afrique. Il suffit de rappeler les tensions, les violences, les guerres, les injustices, les abus de toutes sortes, nouveaux et anciens, qui ont marqué cette année. Le thème principal concernait la réconciliation avec Dieu et avec le prochain. Une Église réconciliée en son sein et entre tous ses membres pourra devenir signe prophétique de réconciliation au niveau de la société, de chaque pays et du continent tout entier. Saint Paul écrit : « Tout vient de Dieu, qui nous a réconciliés avec Lui par le Christ et nous a confié le ministère de la réconciliation » (2 Co 5, 18). Le fondement de cette réconciliation se trouve dans la nature même de l’Église qui est « dans le Christ, en quelque sorte le sacrement, c'est-à-dire à la fois le signe et le moyen de l'union intime avec Dieu et de l'unité de tout le genre humain » (LG 1). Sur cette assise, l’Église en Afrique est appelée à promouvoir la paix et la justice. La Porte du Non-retour et celle du Pardon nous rappellent ce devoir et nous poussent à dénoncer et à combattre toute forme d’esclavage.

[La Segunda Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos se ha beneficiado de la Exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Africa del beato Juan Pablo II, en la que se subrayó con fuerza la urgencia de la evangelización del continente, que no puede separarse de la promoción humana. Por otra parte, se ha desarrollado el concepto de Iglesia-Familia de Dios. Este último ha producido muchos frutos espirituales para la Iglesia católica y para el trabajo de evangelización y promoción humana que ella ha puesto en práctica para la sociedad africana en su conjunto. En efecto, la Iglesia está llamada a descubrirse cada vez más como una familia. Para los cristianos, se trata de la comunidad de los creyentes que alaba a Dios uno y trino, celebra los grandes misterios de nuestra fe y anima con la caridad la relación entre personas, grupos y naciones, más allá de las diversidades étnicas, culturales y religiosas. En este servicio que presta a cada uno, la Iglesia está abierta a la colaboración con todos los sectores de la sociedad, especialmente con los representantes de las Iglesias y Comunidades eclesiales que aún no están en plena comunión con la Iglesia católica, así como con representantes de las religiones no cristianas, especialmente los de las religiones tradicionales y del Islam. La Porte du Non-retour y la del Perdón nos recuerdan este deber y nos impulsan a denunciar y combatir toda forma de esclavitud.

Teniendo en cuenta este horizonte eclesial, la Segunda Asamblea especial para África se centró en el tema de la reconciliación, la justicia y la paz. Estos son puntos importantes para el mundo en general, pero adquieren una actualidad muy especial en África. Baste recordar las tensiones, violencia, guerras, injusticias, abusos de todo tipo, nuevos y viejos, que han marcado este año. El tema principal se refería a la reconciliación con Dios y con el prójimo. Una Iglesia reconciliada en su interior y entre sus miembros puede convertirse en signo profético de reconciliación en el ámbito social, de cada país y de todo el continente. San Pablo dice: «Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y que nos encargó el ministerio de la reconciliación» (2 Co 5,18). El fundamento de esta reconciliación reside en la naturaleza de la Iglesia, que «es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano» (Lumen gentium, 1). Sobre esta base, la Iglesia en África está llamada a promover la paz y la justicia.]

É preciso não cessar jamais de procurar os caminhos da paz. Esta é um dos bens mais preciosos. Para alcançá-la, é necessário ter a coragem da reconciliação que nasce do perdão, da vontade de recomeçar a vida comunitária, da visão solidária do futuro, da perseverança para superar as dificuldades. Os homens, reconciliados e em paz com Deus e o próximo, podem trabalhar por uma justiça maior no seio da sociedade. É preciso não esquecer que a justiça primeira é, segundo o Evangelho, cumprir a vontade de Deus. Desta opção de base, derivam inúmeras iniciativas que visam promover a justiça na África e o bem de todos os habitantes do continente, principalmente dos mais carenciados que precisam de emprego, escolas e hospitais.

África, terra de um Novo Pentecostes, tem confiança em Deus! Animada pelo Espírito de Jesus Cristo ressuscitado, torna-te a grande família de Deus, generosa com todos os teus filhos e filhas, agentes de reconciliação, de paz e de justiça. África, Boa Nova para a Igreja, torna-te isto mesmo para o mundo inteiro! Obrigado!  

[Jamás se ha de abandonar la búsqueda de caminos para la paz. La paz es uno de los bienes más preciosos. Para lograrla, hay que tener la valentía de la reconciliación que viene del perdón, del deseo de recomenzar la vida en común, de la visión solidaria del futuro, de la perseverancia para superar las dificultades. Reconciliados y en paz con Dios y el prójimo, los hombres pueden trabajar por una mayor justicia en la sociedad. No se ha de olvidar que la primera justicia, según el Evangelio, es hacer la voluntad de Dios. De esta opción de base provienen innumerables iniciativas tendentes a promover la justicia en África, y el bien de todos los habitantes del continente, sobre todo de aquellos más desamparados y que necesitan empleo, escuelas y hospitales.

África, tierra de un nuevo Pentecostés, ¡ten confianza en Dios! Animada por el Espíritu de Jesucristo resucitado, hazte la gran familia de Dios, generosa con todos tus hijos e hijas, artífices de reconciliación, de paz y de justicia. África, Buena Nueva para la Iglesia, ¡haz que lo sea para todo el mundo! Muchas gracias.]



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