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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
EN EL 50 ANIVERSARIO DEL GRUPO CONJUNTO DE TRABAJO
ENTRE LA IGLESIA CATÓLICA Y EL “CONSEJO MUNDIAL DE LAS IGLESIAS”

 

Al reverendo doctor Olav Fykse Tveit
Secretario general
Consejo mundial de Iglesias

El quincuagésimo aniversario del Grupo de trabajo conjunto entre la Iglesia católica y el Consejo mundial de Iglesias es una ocasión de acción de gracias a Dios omnipotente por la significativa relación ecuménica que vivimos hoy. Por lo tanto, es también un momento para agradecer al Señor todo lo que el movimiento ecuménico ha realizado desde sus comienzos, hace más de cien años, inspirado por el anhelo de la unidad que Cristo quería para su cuerpo, la Iglesia, y por un emergente sentido de tristeza por el escándalo de la división entre los cristianos.

Desde su institución en 1965, el Grupo de trabajo conjunto ha promovido las condiciones necesarias para un mayor testimonio común de la Iglesia católica y de las Iglesias y comunidades eclesiales del Consejo mundial de Iglesias.

Reflexionando sobre estos últimos cincuenta años, debemos sentirnos animados por la colaboración que favoreció el Grupo de trabajo conjunto, no sólo en las cuestiones ecuménicas, sino también en los ámbitos del diálogo interreligioso, de la paz y de la justicia social, así como en las obras caritativas y en las ayudas humanitarias. El Grupo de trabajo conjunto no debe ser un grupo que mira dentro de sí. Más bien, debe llegar a ser cada vez más un «grupo de expertos», abierto a todas las oportunidades y los desafíos que las Iglesias deben afrontar hoy en su misión de acompañar a la humanidad sufriente en el camino hacia el Reino, impregnando la sociedad y la cultura con las verdades y los valores del Evangelio.

En mi exhortación apostólica Evangelii gaudium observé que las realidades son más importantes que las ideas (cf. n. 233). El Grupo de trabajo conjunto debe tender a afrontar las preocupaciones reales de las Iglesias en el mundo. De tal modo, será más apto para proponer medidas de colaboración orientadas no sólo a acercar más a las Iglesias, sino también a asegurar que ofrezcan una diaconía eficaz, conforme a las necesidades de la gente.

Al desempeñar esta tarea, el Grupo de trabajo conjunto se distingue por su carácter y sus objetivos. Las nueve relaciones presentadas hasta ahora testimonian la comprensión y el aprecio crecientes de los vínculos de fraternidad y reconciliación que, en el contexto del panorama cambiante del cristianismo en el mundo moderno, sostienen a los cristianos en su testimonio y misión evangelizadora común. Sin embargo, debemos reconocer que, a pesar de las muchas realizaciones ecuménicas de la última mitad de siglo, la misión y el testimonio cristiano aún sufren a causa de nuestras divisiones. Los desacuerdos sobre diversos temas —en particular, las cuestiones antropológicas, éticas y sociales, así como las relativas a la comprensión de la naturaleza y las condiciones de la unidad que buscamos— exigen todavía esfuerzos intensos. ¡Nuestro diálogo debe proseguir! Aliento al Grupo de trabajo conjunto a llevar adelante su debate sobre las cuestiones ecuménicas fundamentales y, al mismo tiempo, a promover formas en las que los cristianos puedan testimoniar juntos la comunión real, aunque imperfecta, de la que participan todos los bautizados. Confiemos siempre en el hecho de que el Espíritu Santo sigue asistiendo y guiando nuestro camino, a menudo de modos nuevos y a veces inesperados.

De manera análoga, este aniversario es una oportunidad de expresar nuestra gratitud a todos los que, durante los últimos cincuenta años, han servido incansablemente a la causa de la unidad de los cristianos y promovido el gozoso anuncio del Evangelio (cf. Mt 28, 18-20). Unámonos para implorar a nuestro Padre celestial que nos conceda, por medio de Jesucristo, nuestro Redentor, y con el poder del Espíritu Santo, el don de la unidad plena y visible entre todos los cristianos, a fin de que la Iglesia sea cada vez más un signo de esperanza para el mundo y un instrumento de reconciliación para todos los pueblos.

Francisco

 



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