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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS MIEMBROS DE LA CONSULTA NACIONAL ANTIUSURA

Sala Clementina
Sábado, 3 de febrero de 2018

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Queridos hermanos y hermanas:

Me complace acogeros y compartir con vosotros este momento de reflexión sobre una plaga desafortunadamente difundida y todavía muy sumergida: la usura. Agradezco al presidente por sus corteses palabras y dirijo el pensamiento al padre Massimo Rastrelli, ausente porque está enfermo, que en 1991 construyó la primera Fundación Antiusura.

Sigo con particular atención vuestro camino de lucha contra la usura, que se vuelve cada vez más cualificado y concreto con la experiencia y con la constitución de nuevas Fundaciones distribuidas por todo el territorio nacional a través de cientos de Centros de escucha. Son espacios de ayuda, escuelas de humanidad y educación en la legalidad, fruto de una sensibilidad que encuentra su inspiración iluminadora en la Palabra de Dios y que opera silenciosa y laboriosamente en las conciencias de las personas.

En vuestros primeros veintiséis años de servicio habéis salvado de las garras de la deuda de la usura y del riesgo de la usura a más de veinticinco mil familias; salvando sus casas y, a veces, sus pequeñas empresas, las habéis ayudado a recuperar la dignidad de la que habían sido expropiadas. Y esto merece un gran reconocimiento. Gracias, muchas gracias.

La usura humilla y mata. La usura es un mal antiguo y desafortunadamente todavía sumergido que, como una serpiente, estrangula a las víctimas. Es necesario prevenirla, apartando a las personas de la patología de la deuda hecha por subsistencia o para salvar la empresa. Y se puede prevenir educando para un estilo de vida sobrio, que sepa distinguir entre lo que es superfluo y lo que es necesario y que responsabilice para no contraer deudas para procurarse cosas a las que se podría renunciar. Es importante recuperar las virtudes de la pobreza y del sacrificio: de la pobreza, para no convertirse en esclavos de las cosas y del sacrificio, porque de la vida no se puede recibir todo.

Es necesario formar una mentalidad basada en la legalidad y la honestidad, en los individuos y en las instituciones; incrementar la presencia de un voluntariado motivado y disponible para los necesitados, para que se sienten escuchados, aconsejados, guiados, para levantarse de su condición humillante.

En la base de las crisis económicas y financieras hay siempre una concepción de la vida que otorga el primer puesto al beneficio y no a la persona. La dignidad humana, la ética, la solidaridad y el bien común deberían estar siempre en el centro de las políticas económicas de las instituciones públicas. De ellas se espera que desincentiven, con medidas apropiadas, los instrumentos que, directa o indirectamente, son causa de usura, como el juego de azar, otra plaga. Yo he visto, he sabido de mujeres ancianas de Buenos Aires, que iban al banco a retirar la jubilación y desde allí, al sitio del juego de azar. ¡Es una patología que se aferra a ti y te mata!

La usura es un pecado grave: mata la vida, pisotea la dignidad de las personas, es vehículo de corrupción y obstaculiza el bien común. Debilita también los fundamentos sociales y económicos de un país. De hecho, con tantos pobres, tantas familias endeudadas, tantas víctimas de delitos graves y tantas personas corruptas, ningún país puede programar una seria recuperación económica y ni siquiera sentirse seguro.

Queridos hermanos y hermanas: sé bien que el servicio que prestáis es laborioso: se trata de colaborar para que el sistema económico y social sea humano y para que el mensaje evangélico pueda iluminar el corazón y el alma de las personas, como un día le sucedió a Zaqueo, rico y corrupto jefe de los «publicanos» de Jericó (cf. Lucas 19, 1-10) y a su compañero Mateo, que Jesús miró con misericordia y eligió como discípulo y que desde hace un año es patrón de las Fundaciones Antiusura (cf. Mateo 9, 9-13). Una buena peregrinación que podéis hacer para ver el alma de un hombre apegado al dinero, a la usura es a San Luis de los Franceses, donde está la Conversión de Mateo de Caravaggio. Mateo hace así con el dinero [hace un gesto], como si fuera un hijo suyo. Esto pinta bien la actitud del hombre pegado al dinero. Que el Señor nos inspire y sustente las autoridades públicas, con el fin de que las personas y las familias puedan disfrutar de los beneficios de ley como cualquier otra realidad económica; que inspire y sustente a los responsables del sistema bancario, para que vigilen la calidad ética de las actividades de los institutos de crédito. Vale la pena subrayar que muchos bancos han nacido y se han difundido por el mundo precisamente para apartar a los pobres de la usura con préstamos sin compromiso y sin intereses.

Queridos hermanos, vuestro servicio os pide que seáis hombres y mujeres de encuentro, de escucha, de proximidad. Por eso os exhorto  a tener  la mirada y el corazón fijos  sobre Jesús, a deteneros en las páginas del  Evangelio donde se encuentra con los pobres y los mendigos, los leprosos y paralíticos y los «pone de pie» devolviéndoles  la dignidad y el  futuro. Enfrentándoos a la usura y a la corrupción vosotros también podéis transmitir esperanza y fortaleza a las víctimas para que puedan recobrar la confianza y recuperarse de sus necesidades. Sed, para las instituciones, un estímulo para que garanticen respuestas concretas a quienes están desorientados, a veces desesperados y no saben cómo hacer para sacar adelante a su familia. ¡Podéis ser, para los mismos usureros,  un reclamo al  sentido de humanidad y de justicia, a que tomen conciencia de que en nombre del dinero no se puede matar a los hermanos!

Además, os animo a dialogar con cuantos tienen responsabilidad en el campo de la economía y de la finanza, para que se promuevan iniciativas que contribuyan a la prevención de la usura. No me corresponde a mí poner ejemplos concretos: vosotros los tenéis bien presentes; pero siempre se trata de respetar los rostros, de poner realmente en el centro a la persona y a la familia no de palabra sino con hechos.

Las personas que habéis librado de la usura pueden atestiguar que la oscuridad dentro del túnel que han atravesado es densa y angustiosa, pero también hay una luz más fuerte que puede iluminar y confortar. Sed un referente de esperanza  para los pobres, los endeudados, las empresas en dificultad. Continuad vuestro servicio con perseverancia y valentía: es una levadura preciosa para toda la sociedad. Bien lo saben las víctimas de la usura y del juego, aquí presentes con una  representación. Les saludo y les animo porque sé que se han emprendido un camino nuevo con la ayuda de Dios y la solidaridad de tantos hermanos. Transmitid a las personas que todavía están dentro del túnel vuestro coraje, contad vuestra experiencia, testimoniando que se puede salir de la usura y del juego de azar.

Juntos hagamos un llamamiento por un nuevo humanismo económico, que «ponga fin a la economía de la exclusión y de la falta de equidad», a la economía que asesina, a los sistemas económicos en los que hombres y mujeres ya no son personas, sino que se han reducido a instrumentos de una lógica del descarte que genera profundos desequilibrios (Mensaje al Simposio internacional sobre economía, 26 de noviembre de 2016).

Os agradezco por vuestra presencia, por vuestro trabajo y de corazón os bendigo a vosotros y vuestro trabajo. Y por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Gracias.

 



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