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LITURGIA DE LA PALABRA
Y FIRMA DE LA CARTA SOBRE EL PESEBRE

Santuario franciscano de Greccio, Italia
Domingo, 1 de diciembre de 2019

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Breve meditación del Santo Padre

Carta apostólica Admirabile signum sobre el significado y el valor del belén


 

BREVE MEDITACIÓN DEL SANTO PADRE

 

¡Cuántos pensamientos se amontonan en la mente en este lugar santo! Y sin embargo, ante la roca de estos montes tan queridos por san Francisco, lo que estamos llamados a hacer es, ante todo, redescubrir la sencillez.

El belén, que san Francisco realizó por primera vez en este pequeño espacio, a imitación de la angosta gruta de Belén, habla por sí mismo. Aquí no hay necesidad de multiplicar las palabras, porque la escena ante nuestros ojos expresa la sabiduría que necesitamos para captar lo esencial.

Ante el belén descubrimos lo importante que es para nuestra vida, a menudo agitada, encontrar momentos de silencio y oración. Silencio, para contemplar la belleza del rostro de Jesús niño , el Hijo de Dios nacido en la pobreza de un establo. Oración, para expresar el “gracias” maravillado por este inmenso regalo de amor que nos es dado.

En este sencillo y maravilloso signo del belén, que la piedad popular ha acogido y transmitido de generación en generación, se manifiesta el gran misterio de nuestra fe: Dios nos ama hasta el punto de compartir nuestra humanidad y nuestra vida. Nunca nos deja solos; nos acompaña con su presencia escondida, pero no invisible. En toda circunstancia, tanto en la alegría como en el dolor, Él es el Emmanuel, Dios con nosotros.

Como los pastores de Belén, aceptemos la invitación a ir a la cueva, a ver y reconocer el signo que Dios nos ha dado. Entonces nuestro corazón estará lleno de alegría, y podremos llevarla donde haya tristeza; estará lleno de esperanza, para compartirla con los que la han perdido.

Identifiquémonos con María, que puso a su Hijo en el pesebre, porque no había lugar en una casa. Con ella y con san José, su esposo, miremos al Niño Jesús. Que su sonrisa, surgida en la noche, disipe la indiferencia y abra los corazones a la alegría del que se siente amado por el Padre que está en los cielos.


Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 1 de diciembre de 2019.

 



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