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JUAN PABLO II

ÁNGELUS

Domingo 8 de noviembre de 1987

 

Queridos hermanos y hermanas:

1. Reanudamos hoy la serie de nuestras consideraciones sobre los santuarios marianos. La reanudamos dirigiéndonos con el pensamiento al que puede considerarse el principal santuario mariano, porque tiene el privilegio inigualable de estar erigido en la ciudad en la que históricamente María vivió la mayor parte de su existencia terrena: la basílica de la Anunciación en Nazaret.

La grandiosa construcción en dos pisos engloba los restos de los anteriores edificios que a lo largo de los siglos se han levantado en torno a una gruta y a la primitiva vivienda en piedra adosada a ella. No hace muchos años, los arqueólogos, excavando dentro de la gruta, descubrieron signos visibles de la antigua devoción popular y, entre otras cosas, una inscripción grabada en el muro de la misma gruta, que se remonta a una época muy cercana a Jesús, y escrita en griego: "Kaire Maria". Son las palabras del Arcángel, que trae el Evangelio de Lucas, y grabadas allí como confirmación de la convicción de que fueron pronunciadas precisamente en ese lugar.

2. La expresión "Kaire", traducida habitualmente por "Ave", significa propiamente "Alégrate", y evoca los anuncios de alegría mesiánica que los Profetas dirigieron a la "Hija de Sión" (Sof 3, 14) para asegurarle la venida del Señor en medio de su pueblo. El Arcángel Gabriel anuncia a María, verdadera "Hija de Sión", el cumplimiento de la promesa; revelando que la nueva presencia, en medio del pueblo, de Aquel que salva, adquirirá en Ella la dimensión de un verdadero y propio ser humano. "Llena de gracia" es el nuevo nombre que se le dio por encargo del mismo Dios, y significa que María es y permanece de modo estable objeto por excelencia del favor divino, y a Ella se le reserva una especial vocación en la historia de la salvación. De la realidad expresada con ese nombre de gracia, que indica la realidad singular de María, surgen todos los demás privilegios suyos.

Las palabras del Arcángel fueron el primer cántico dirigido a la Reina celestial también en nombre de todos los coros de ángeles, y los hijos humanos quisieron luego enriquecerlas para hacer de ellas la oración mariana por excelencia.

3. En Nazaret se visita también la iglesia de la Nutrición, llamada también iglesia de San José, y el manantial llamado Fuente de la Virgen, al que acudía ya desde entonces la población de Nazaret.

Invito a todos a rezar a menudo durante el día el Ave María, casi como para querer sacar el agua de la fuente de la verdadera vida.



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