Index   Back Top Print

[ ES  - IT ]

JUAN PABLO II

ÁNGELUS

Domingo 18 de junio de 1989

 

Nuestro ánimo ha sido profundamente afectado en días pasados por las noticias e imágenes de cuanto estaba aconteciendo en China y, especialmente, por la muerte de tantos jóvenes.

Desde los primeros momentos he expresado tristeza y preocupación por esos sucesos tan dramáticos junto con mi esperanza, a la luz del mensaje evangélico, de que tanto dolor sirva para dar nueva vida a aquel grande y amado país.

Con los mismos sentimientos de fe y esperanza, hoy os invito la uniros a mi oración a María, Madre de China y Reina de la paz, venerada en el santuario de Sheshan, cerca de Shanghai.

Virgen de Sheshan, Auxilio de los cristianos, Tú acompañas con tu dulcísima mirada al amado pueblo chino.

Nosotros, tus hijos, solidarios con cuanto hay de más verdadero en el corazón de todo hombre, nos arrojamos una vez más a tus pies para manifestarte nuestro amor y para poner, en momentos tan tristes y dramáticos, el lamento de los que sufren, víctimas de la violencia, las demandas de los que tienen hambre y sed de justicia, y las esperanzas de todos los que desean el bien de su país.

Virgen de Sheshan, Madre de Misericordia, intercede ante tu Hijo, Redentor del hombre, para que quienes sufren en el dolor encuentren alivio y consuelo, y para que tanto sufrimiento no quede sin fruto.

Obtén luz para los que guían los destinos de aquella gran nación a fin de que no les falte la necesaria sabiduría en la búsqueda de bien común, que tiene como base el respeto a la verdad, a la justicia y a la libertad.

Oh clemente, oh pía, oh dulce Virgen María. Amén.



Copyright © Dicastero per la Comunicazione - Libreria Editrice Vaticana