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JUAN PABLO II

AUDIENCIA GENERAL 

Miércoles 1 de mayo de 2002

 

Mediante el trabajo, el hombre se realiza a sí mismo en cuanto hombre

1. Hoy, día primero de mayo, se celebra la fiesta del trabajo. Para nosotros, los cristianos, está puesta bajo la protección de san José obrero. Esta relevante celebración se pone de relieve con diversas iniciativas encaminadas a subrayar la importancia y el valor del trabajo, a través del cual el hombre, al transformar la naturaleza y adaptarla a sus necesidades, se realiza a sí mismo en cuanto hombre.

La invitación a someter la tierra (cf. Gn 1, 28), hecha por Dios al inicio de la historia de la salvación, reviste al respecto un interés decisivo, y siempre actual. La creación es don de Dios encomendado a la criatura humana para que, cultivándola y conservándola con esmero, pueda proveer a sus necesidades. Fruto del trabajo es el "pan de cada día" que pedimos en la oración del Padre nuestro.

En cierto sentido, se podría decir que mediante el trabajo el hombre se hace más hombre. Precisamente por eso, la laboriosidad es una virtud. Pero para que la laboriosidad permita efectivamente al hombre hacerse más hombre es preciso que vaya siempre unida al orden social del trabajo. Sólo de esta manera se salvaguardan la dignidad inalienable de la persona y el valor humano y social de la actividad laboral. Encomendemos a la vigilante protección de san José obrero a todos los que, en cualquier parte del mundo, forman parte de la gran familia del trabajo.

2. Hoy comienza el mes dedicado a la Virgen, tan querido para la piedad popular. Muchas parroquias y familias, siguiendo tradiciones religiosas ya consolidadas, viven el mes de mayo como un mes "mariano", caracterizado por múltiples y fervorosas iniciativas litúrgicas, catequéticas y pastorales.

Ojalá que sea por doquier un mes de intensa oración con María. Este es el deseo que de corazón formulo para cada uno de vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la vez que os recomiendo una vez más el rezo diario del santo rosario. Se trata de una oración sencilla, aparentemente repetitiva, pero sumamente útil para penetrar en los misterios de Cristo y de su Madre, que es también Madre nuestra. Al mismo tiempo, es un modo de orar que la Iglesia sabe que agrada a la Virgen. Se nos invita a recurrir a esta plegaria también en los momentos más difíciles de nuestra peregrinación en la tierra.

3. Al comenzar el mes mariano, os invito a todos a uniros a mí para orar por los trabajadores, y especialmente por los que no logran encontrar un empleo. No podemos por menos de intensificar nuestra confiada e incesante oración por la paz en Tierra Santa, donde deseamos que vuelvan cuanto antes a convivir, gozando de seguridad y serenidad, los pueblos israelí y palestino, ambos muy queridos para mí. Que nos lo obtenga la intercesión de la santísima Virgen  y de san José, su esposo, el custodio del Redentor.


Saludos

Saludo a los peregrinos de lengua española; de modo particular a los jóvenes del instituto italiano de cultura "Ausonia" de Quilmes (Argentina). Sobre vosotros y sobre todos los presentes invoco la protección amorosa de la santísima Virgen en este mes dedicado a ella. Muchas gracias por vuestra atención.

(En lengua checa)
Durante el mes de mayo, dedicado a la Virgen María, os invito a todos a intensificar la oración y la devoción a la Madre de Dios. Encomendad a su solicitud materna el camino de la Iglesia en vuestra patria, así como el camino de toda la Iglesia. Os bendigo de corazón.

(En lengua croata)
Hoy comienza el mes dedicado a la Madre del Señor resucitado. Os deseo que este tiempo sea para cada uno de vosotros una ocasión propicia para ahondar aún más, bajo su mirada materna, en el misterio de la salvación, así como en la naturaleza y misión de la Iglesia. Que ella, a la que uno de vuestros cantos llama "Reina de mayo", os acompañe a todos en el camino de la fe, la esperanza y la caridad.

(En italiano) 
Deseo dirigirme, como de costumbre, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados.
Queridos jóvenes, hoy, al comenzar el mes de mayo, dedicado de modo especial a la Madre del Señor, os invito a frecuentar la escuela de María para aprender a amar a Dios por encima de todas las cosas y a estar siempre disponibles para cumplir su voluntad. La contemplación de la Virgen de los Dolores os ayude a vosotros, queridos enfermos, a mirar con fe el misterio del dolor, descubriendo el valor salvífico oculto en cada cruz. A vosotros, queridos recién casados, os encomiendo a la protección materna de la santísima Virgen y de san José, para que reine en vuestra familia el clima de oración y amor de la casa de Nazaret.

 



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