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MENSAJE DEL PAPA JUAN PABLO II
A LA ARCHIDIÓCESIS DE BRAGA (PORTUGAL)
 CON MOTIVO DEL 75 ANIVERSARIO DE LA CORONACIÓN
DE LA IMAGEN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

 

Queridísimos hermanos, hijos e hijas en Cristo:

Estáis alabando a Dios por María y con María, Madre bendita de Nuestro Señor Jesucristo, invocada en ese santuario de Sameiro bajo el título de Inmaculada Concepción; conmemoráis las bodas de diamante de la coronación de su venerada imagen inaugurando un nuevo lugar de culto.

Con afecto en el Señor estoy con vosotros espiritualmente en esa antigua Bracara augusta de los romanos, archidiócesis desde tiempos remotos con papel preponderante en la historia peninsular y portuguesa de la Iglesia; sé que Braga tiene una tradición religiosa noble; y el lugar en que os encontráis, las efemérides ahí evocadas y la ceremonia de hoy, manifiestan propósitos de continuidad con su pasado junto con apertura a los tiempos nuevos.

Al unirme a vosotros para honrar a Nuestra Señora, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia y Madre nuestra, me la imagino insinuándoos como en Caná de Galilea: "Haced lo que El os diga" (Jn 2, 5). Y, ¿qué os dice El, no ya Cristo directamente, sino por su humilde Vicario en la tierra?

— Henchid vuestros corazones de amor a Dios, Padre nuestro, manifestado en Cristo, Redentor del hombre; y confiando en la gracia y presencia transformante del Espíritu Santo, poned después tal amor al servicio de los hombres hermanos, en la vida práctica y con el testimonio cristiano. Y que por intercesión de la "llena de gracia" y fuente dulcísima de nuestra esperanza, Dios consuele vuestros corazones y os afiance en todas las obras buenas. Que el ejemplo de María Santísima ilumine, refuerce y aliente siempre vuestra vida cristiana personal, familiar y de las comunidades de cada uno de vosotros. Y rezad para que Braga y su distrito vuelvan a ser vivero de vocaciones sacerdotales y religiosas; rezad también por el Papa.

Recomendando asimismo al Señor vuestras intenciones, con un recuerdo afectuoso para los niños, los enfermos, las personas ancianas y vuestros emigrantes, doy a los presentes y a toda la comunidad eclesial de Braga, una bendición especial en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

El Vaticano, 17 de junio de 1979

IOANNES PAULUS PP. II

 



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