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ALOCUCIÓN DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS MÚSICOS DEL CONCIERTO DE NAVIDAD


Sala Clementina
Jueves, 16 de diciembre de 1999

 

Ilustres señores; amables señoras: 

Me alegra dirigiros a todos un saludo cordial. Este encuentro me brinda la oportunidad de manifestaros mi aprecio por haber aceptado la invitación a participar en la séptima edición del concierto "Navidad en el Vaticano", que tendrá lugar pasado mañana en la sala Pablo VI.

Expreso mi gratitud a cuantos han hecho posible, una vez más, este acontecimiento:  a los artistas, a los grupos musicales, a los miembros de la orquesta y del coro, así como a los maestros que los dirigirán; a los presentadores y a los organizadores de la velada. Ojalá que también este año una actuación tan interesante constituya un momento de alegría y serena distracción para todos.

Como es sabido, el concierto "Navidad en el Vaticano" es una manifestación de carácter cultural con el objetivo de sensibilizar a la opinión pública sobre la necesidad de más lugares de culto y de catequesis en la diócesis de Roma. Por tanto, vuestra contribución al éxito de este acontecimiento pone de relieve vuestra generosa colaboración para afrontar un problema que interesa mucho al Obispo de Roma: urge dotar a las comunidades parroquiales de una estructura pastoral propia, especialmente en los barrios periféricos que aún carecen de ella. Este proyecto forma parte del programa, más vasto, de la nueva evangelización, en el que participa toda la Iglesia y del que el gran jubileo representa una etapa fundamental.

Gracias a Dios, ya casi se ha logrado el objetivo de construir cincuenta edificios sagrados antes del año 2000. Pero habrá que proseguir este esfuerzo. La ciudad de Roma, que se dispone a vivir como protagonista el gran jubileo del año 2000, podrá contar con la apertura de lugares de culto, de encuentro y de catequesis, así como de estructuras para actividades sociales, culturales y deportivas, especialmente donde en estos últimos años han tenido lugar nuevos asentamientos humanos.

Así pues, ¡gracias por vuestra valiosa contribución! A través de mí, toda la Iglesia de Roma desea daros sinceramente las gracias a vosotros y a todos los que han compartido esta solicitud apostólica.

Hago votos porque esta velada tenga pleno éxito y, a la vez que aprovecho esta oportunidad para desearos cordialmente a cada uno de vosotros y a vuestras familias unas serenas fiestas navideñas, os imparto a todos una especial bendición apostólica.

 



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